GÉNESIS
La casa de Bernarda Alba fue escrita en la primavera
de 1936, al parecer en pocos días. Fue la última obra de Lorca, ya que poco
después vino su muerte y tres años de guerra.
No se estrenaría hasta 1945 en Buenos Aires; el
mismo año y en el mismo lugar apareció la primera edición. La obra se subtitula
"Drama de mujeres en los pueblos de España". ¿Por qué drama y no tragedia?
Para Lorca la tragedia comportaba elementos míticos que aquí estarán ausentes.
El realismo del lenguaje y ciertas expresiones que cabría llamar
"cómicas" (en boca de Poncia, por ejemplo) serían también rasgos
propios del drama. Sin embargo, por la esencial impresión de necesidad de la
catástrofe, de lo inexorable de la frustración, hablaríamos de tragedia.
También es cierto que la obra tiene facetas del
drama rural pero no es menos cierto que Lorca trasciende ese género preciso por
muchos aspectos y se alza a un nivel incalculablemente superior. Los estudios
de Lorca han encontrado acentos shakespearianos, calderonianos, ...
La génesis de la obra tuvo su punto de partida en
figuras reales: una tal Frasquita Alba y sus hijas, cuya casa era colindante de
la que tenían los Lorca en Valderrubio (Granada). Pero sólo el genio del poeta
pudo crear, a partir de aquéllas, las figuras de Bernarda y sus hijas.
PLANTEAMIENTO
Y TEMÁTICA
Tras la muerte de su segundo marido, Bernarda Alba
impone a sus cinco hijas, como luto, una larga y rigurosa reclusión. Se trata
de la exageración de una costumbre real, de una tradición llevada a extremos
increíbles. Pero esa misma exageración, ese exceso sitúa la obra en el plano de
lo legendario, de lo simbólico, del mito.
En esa situación extrema (situación límite) los
conflictos, las fuerzas, las pasiones se agrandarán, se desarrollarán hasta la
exasperación. Catalizador de las fuerzas encerradas en la casa será la figura
de Pepe el Romano, pretendiente o novio de Angustias, hija mayor y heredera,
pero atraído por la juventud y belleza de Adela, la menor, y amado, a su vez,
por Martirio.
Tal es la situación de la que arranca Lorca para dar
cuerpo dramático a su temática más personal y profunda. Se ha dicho que el tema
central de la obra es el enfrentamiento entre autoridad y libertad o el
conflicto entre la realidad y el deseo. Podría hablarse de rebeldía contra
represión, de naturaleza contra tradición, etc.
Frente al autoritarismo y la represión representada
por Bernarda Alba, las hijas encarnarán una gama de actitudes que van de la más
pasiva sumisión, frustrante, a la rebeldía más abierta, imposible. En suma, nos
hallamos pues, ante una, al parecer, frustración irreparable. Es por este
motivo, por lo que hablábamos de necesidad de la tragedia.
Las raíces de la frustración se pueden situar en un doble
plano: metafísico y social. Parece evidente que la obra nos remite al segundo
plano, al plano social, con un fuerte componente moral, lo cual conduciría a
señalar una serie de temas conexos con la temática central: la moral
tradicional y la presión social sobre los individuos; las diferencias sociales,
con lo que llamaremos el orgullo de casta; y, en fin, la condición de la mujer
en la sociedad española de la época.
Cabría señalar los distintos temas: el tema del
"¿qué dirán?" y las apariencias. El honor, la pasión condenada a la
soledad o la muerte, la muerte y el luto, al igual que la consiguiente
reclusión frente al ansia amorosa simbolizada por Pepe el Romano, también son
temas importantes del drama. Contrasta también el enfrentamiento entre
autoridad y libertad y la rebeldía contra la represión. Se oponen el
autoritarismo y la represión a la que Bernarda somete a sus hijas frente a su
sumisión o rebeldía. Otros temas son la frustración irreparable (social) y la
moral tradicional y la presión social sobre los individuos, al igual que las
diferencias sociales entre mujeres y hombres.
EL
ESPACIO
La acción se desarrolla en la casa de Bernarda Alba,
un espacio cerrado. Es el mundo del luto, del silencio, de la ocultación, en
fin, un espacio propicio para situaciones límite. Este lugar, comparado a lo
largo de la obra con un "convento", un "presidio", un
"infierno", transmite una atmósfera sofocante. Parece faltar el aire,
el agua en este mundo que pone barreras a las fuerzas de la vida, "en el
que se respira la muerte" .
Se opone totalmente al interior de la casa y la
represión a la que las hijas son sometidas, el mundo exterior; de él llegan
ecos de pasiones elementales o de un erotismo desatado (los segadores, Paca la
Roseta, etc.). Este mundo exterior está regido por convenciones: "qué
dirán". El pueblo en el que tiene lugar la acción es considerado como un
mal pueblo por tener pozos en lugar de río. En este caso el río simboliza la
fuerza vital, el erotismo, mientras el pozo indica claramente la muerte.
En el 1º acto, los personajes se encuentran en una
habitación blanquísima, en el 2º blanca y en el tercero paredes blancas
ligeramente azuladas. Este cambio de color podría ser debido a la luz de los
distintos momentos del día o bien poseer un valor simbólica, la progresiva
pérdida de la “honra” de la familia Alba.
EL
TIEMPO
Se desarrolla durante el verano muy caluroso. El
primer acto por la mañana, el segundo por la tarde y el último por la noche,
pero no sabemos exactamente el tiempo exacto que transcurre entre el principio
y el final de la obra.
EL
LENGUAJE
Se puede observar claramente la maestría del
diálogo, que se caracteriza por su fluidez, el nervio y la intensidad.
Predominan las réplicas cortas y rápidas y a menudo llama la atención su
sentenciosidad. Se unen realidad y poesía.
El lenguaje lorquiano tiene además un intenso sabor
popular, sin recurrir a vulgarismos fáciles. Y sin embargo estamos ante un
lenguaje hondamente enraizado en el habla popular, especialmente en la
andaluza, lo cual se puede observar claramente en los giros y palabras, en el
gusto por la hipérbole y en la creatividad.
Se debe mencionar también la dimensión poética del
diálogo, cargado de simbolismo: imágenes y comparaciones. Con ello se crea una
atmósfera dramática y se consigue una individualización de los personajes.
- “…ponerla como un lagarto
machacado por los niños”
- “como si tuviera una
lagartija entre los pechos”
- “la mujer en misa no debe
mirar hacia atrás buscando el calor de la pana”
- “¡Sembradura de vidrios!”
- “¡Qué pedrisco de odio!”
- “Ya me tienes preparada la
cuchilla”
- Déjame que el pecho se me
rompa como una granada de amargura”
O el rosario inventado por Lorca.
ESTRUCTURA
La obra se estructura en tres actos si atendemos a
su estructura externa.
Se aprecian tres partes distintas en la obra.
Primero aparece una exposición de la situación, una localización espacio –
temporal y una presentación de los personajes. Se dice que ha muerto marido de
Bernarda y que esta va a imponer el luto en su familia.
En la segunda parte, el desarrollo, se anuncia la
boda de Angustias con Pepe el Romano y a partir de este momento la tensión va
en aumento. Se muestran las envidias y amores de las demás hermanas, aparece el
misterio de las ventanas y de los encuentros nocturnos. El momento cumbre es
cuando se desvela que Adela y Pepe habían mantenido una relación.
La última parte, el desenlace, tiene un final
trágico, el suicidio de Adela al creer ésta que su madre ha matado a su amado
Pepe.
PERSONAJES
Y SU SIMBOLOGÍA
-
BERNARDA
Su nombre significa "con fuerza de oso"
Es la encarnación hiperbólica de las fuerzas
represivas. Representa las convenciones morales y sociales más añejas con la
mentalidad tradicional vigente, Da importancia a las críticas: el "qué
dirán", la apariencia, la buena fachada aun cuando no se corresponda con
la realidad. Se opone a los impulsos eróticos, cree en la decencia, la honra y
su gran la obsesión por la virginidad. Tiene una concepción tradicional del
papel de la mujer frente al del hombre (a las mujeres se les exigirá mayor
rigidez; a los hombres "todo se les consiente"). Su orgullo de casta
le hace tener conciencia de pertenecer a una capa social superior y por ello
impide un noviazgo de Martirio (por razones sociales) a todas las hijas les
recuerda a qué obliga pertenecer el ser "de su clase", el haber
nacido "con posibles". Su autoridad y su poder aparecen claramente
simbolizados por el bastón, que siempre lleva en escena, y el lenguaje prescriptivo
(órdenes, prohibiciones, "Silencio"). de ella otros personajes
piensan de forma despectiva, la describen muy bien, "tirana",
"mandona", "dominanta". Su poder irracional unido a un
claro voluntarismo, la ceguera que le hace tomar sus deseos por realidades, un
querer que las cosas sean como su voluntad dispone.
Las
hijas
Todas las hijas viven entre la reclusión impuesta y
el deseo del mundo exterior ("querer salir"). Todas ellas están más o
menos obsesionadas por lo erótico. Estos anhelos eróticos pueden ir unidos (o
no) a la idea del matrimonio, único cauce permitido para salir de aquel
encierro.
Las cinco hijas de Bernarda encarnan un abanico de
actitudes que van de la sumisión o la resignación a la rebeldía.
ANGUSTIAS
39 años; hija del primer matrimonio
Heredera de una envidiable fortuna que no tarda en
atraer, pese a su edad y su falta de encantos a Pepe el Romano. Ha perdido la
ilusión y la pasión ya.
MAGDALENA
30 años
Por una parte da muestras de sumisión, pero puede
sorprendernos con amargas protestas. Ella hubiera preferido ser un hombre, ya
que ya ha abandonado la idea de casarse.
AMELIA
27 años;
Es quizás el personaje más desfigurado: resignada,
medrosa y tímida. Su nombre significa "sin miel" .
MARTIRIO
24 años
Es un personaje más complejo. Pudo haberse casado,
si su madre no se hubiera interpuesto; es enferma, depresiva y pesimista. Está
enamorada de Pepe el Romano y esta pasión la lleva hasta una irreprimible
vileza.
ADELA
20 años
Es la encarnación de la abierta rebeldía, la más
joven, hermosa, apasionada, su vitalismo (traje verde), su fuerza, su pasión le
hacen prorrumpir en exclamaciones escandalosas: "¡Mi cuerpo será de quien
yo quiera!" o "¡Lo tendré todo!". En desafío abierto con la
moral establecida, está dispuesta a convertirse en querida de Pepe el Romano
aunque sea ponerse una "corona de espinas". Su momento culminante es
cuando rompe el bastón de mando de Bernarda en un arrebato de rebeldía trágica.
Su nombre significa "de naturaleza noble".
Otros
Personajes :
MARIA JOSEFA
La abuela. En sus palabras se mezclan locura y
verdad. Se hace portavoz de un anhelo común "¡Déjame salir!" y
agranda líricamente los problemas centrales: la frustración de las mujeres, el
anhelo de matrimonio y de maternidad, el ansia de libertad, de espacios
abiertos.
LA PONCIA
Vieja criada, interviene en las conversaciones y en
los conflictos, hace advertencias, da consejos, hasta tutea a Bernarda, pero
ésta no deja de recordarle las distancias que las separan. Ella asume su
condición, pero está llena de un rencor contenido. Tiene conversaciones con las
hijas de modo abierto y descarado, al hablar de lo sexual aportará un elemento
de contraste y turbias incitaciones. Se caracteriza por su sabiduría rústica,
por su desgarro popular y por el sabor, la riqueza y la creación de su habla.
LA CRIADA
Tiene un menor relieve que Poncia y también
participa del rencor hacia el ama (y hacia el difunto marido, que la acosaba),
aunque se muestra sumisa e hipócrita. Obedece a la Poncia, pero es altanera y
ruda con la mendiga
PEPE EL ROMANO
No aparece en escena, pero está omnipresente. Es la
encarnación del Hombre, del "oscuro objeto del deseo", con todo lo
que se va diciendo de él se compone un retrato suficientemente perfilado. Pero
tiene su doblez: va detrás del dinero de Angustias, pero enamora a Adela, se
convierte así en el papel "catalizador" de las fuerzas latentes.
No sólo los personajes son simbólicos, encontramos
otros símbolos en la obra:
El bastón de Bernarda, el vestido verde de Adela,
las joyas y la ovejita de la abuela, el abanico de flores, el caballo garañón,
el calor insoportable, el río o el mar frente a los pozos, etc.
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