Dichoso el árbol, que es
apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque
esa ya no siente,
pues no hay dolor más
grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la
vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser
sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y
un futuro terror...
Y el espanto seguro de
estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por
la sombra y por
lo que no conocemos y
apenas sospechamos,
y la carne que tienta con
sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con
sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
Aclaración de algunas
palabras: dichoso, pesadumbre, espanto,
racimos.
Explicación de la frase: fúnebres ramos.
Actividades a partir del poema:
1.- Identificar el tipo de verso. Detenerse en
la particularidad de la estrofa, especialmente en la última estrofa.
2.- Hay un encabalgamiento muy marcado. ¿Qué
tiene de especial?
3.- ¿Por qué son más dichosos los árboles o las
piedras?
4.- ¿Cuál es, pues, el problema del ser humano?
5.- ¿En qué estrofas del poema se expone dicho
problema?
6.- Hay un paralelismo entre los dos primeros
versos, demuéstralo.
7.- Hay un polisíndeton. Señálalo y explica qué
pretende sugerir.
8.- En los versos 10 y 11 hay varios recursos.
Indícalos.
9.- ¿Dónde se resume el tema del poema?
10.- ¿Podrías relacionar los dos últimos versos
con otros de Bécquer leídos el año pasado?
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