Tema: El amor como idea de sintonía que une a dos
amantes con sus características únicas,
auténticas y esenciales.
Argumento: Primero expresa su concepto del amor como algo puro y no el
amor basado en aspectos exteriores. A continuación, se dirige a la amada y le
pide que, cuando se amen, sea ella misma. Para finalizar diciendo que también
él se presentará puro y será él mismo en el momento de amarse.
Estructura externa:
La métrica es muy típica de Salinas; el verso
básicamente es libre, pues no hay rimas, salvo en algunos casos como en los versos 2 y 4. Los
versos, en general, son heptasílabos y hay dos versos más breves, el 14(
trisílabo ) y el 27 (tetrasílabo) que se sitúan en puntos estratégicos porque
introducen los dos versos más importantes de la poesía.
Estructura interna:
La poesía se podría dividir en 3 partes.
1) -vv 1-4, sirve
de introducción. Esos versos presentan el planteamiento del tema, en un cierto
sentido enigmático.
2) -vv 5-15, en la
que el poeta se dirige directamente al “tú”, a la amada y le pide que abandone
todo lo superficial porque la quiere libre y pura.
3) -vv 16-28, donde
se desarrolla el proceso equivalente al anterior pero dirigido al “yo”.
Comentario: Pedro
Salinas es uno de los mayores exponentes de la Generación del 27 junto a otros
como Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Garcia Lorca, etc. Esta generación se
caracterizó por el sincretismo, es decir, la fusión de elementos de la
vanguardia con otros de la literatura culta y popular. En
este caso, la métrica (verso libre) es vanguardista, así como por el uso de la
metáfora o las enumeraciones caóticas. Sin embargo, el tema (el amor entre dos
personas) es un tema clásico, no tiene nada de vanguardista.
Esta poesía
pertenece al libro “La voz a ti debida”; un libro de poesía vanguardista de la
segunda etapa del poeta y cuyo tema central es el amor hacia una mujer
idealizada. También a nivel estilístico podemos situar este poema en el ámbito
de la poesía pura de las vanguardias del primer tercio del s XX.
La poesía empieza
con los 4 versos de introducción donde se presenta el tema central de la
poesía. Los dos primeros versos son un
rechazo de todo lo material como para demostrar que no son necesarios para
vivir bien. El v.2 es una enumeración asindética y a la vez una metáfora mediante la cual
el poeta hace referencia a escenarios convencionales para el amor, para la
vida.
Frente a ello, los
versos 3 y 4 son un contraste y proclaman lo único necesario para vivir.
Utiliza la exclamación para subrayar su consideración y la frase “vivir en los
pronombres” es una metáfora que confiere un
toque enigmático al poema, como un juego, porque sorprende al lector.
Obviamente se refiere a los pronombres personales de 1ª y de 2ª persona, “tú” y
“yo”, que serán al centro de las dos partes siguientes del poema. Para Salinas
los pronombres son el símbolo de la personalidad profunda y , sobre todo,
desnuda de todo lo superficial. En “qué alegría más
alta” sustituye “grande” por “alta”, para expresar el estado de euforia, de
elevación, de vuelo, que le produce ese amor esencial.
La segunda parte del poema se centra en el
“tú”, se dirige a la amada con un imperativo, a la que le pide que lo deje todo
atrás, la invita a desprenderse de todo lo innecesario como las convenciones
sociales o la imagen. Esta segunda parte empieza con una enumeración caótica asindética
en los vv 5-6, cuyos elementos representan lo innecesario que la mujer debe
abandonar. Los versos 7-9 aluden otra vez a lo exterior, lo social, las
costumbres, etc. y, como en los primeros dos versos, presenta lo que rechaza
(“no te quiero así”), mediante diferentes metáforas, y contrasta con los versos siguientes, en los que
manifiesta cómo la quiere (“te quiero pura..”).
Con la afirmación “hija siempre de algo” alude
a una dependencia de las cosas exteriores como la familia, la posición social,
etc. A esta negación, él contrapone los versos 10-11 en los que nos presenta cómo
desea a la mujer (“pura, libre, irreductible”, otra enumeración). De hecho, los
3 adjetivos que siguen el verbo, representan la clave de lo que busca el poeta:
la quiere “pura”, es decir, libre de toda convención social, de cualquier
influencia del exterior, “libre”, dueña de sí misma (esta palabra forma una
antítesis con el verso anterior, “hija siempre de algo”), y , en fin,
“irreductible” en el sentido de no poderse reducir más, de ser pura esencia, y
a la vez que no se deja vencer por nadie y nada. Estos 3 adjetivos desembocan
en el pronombre “tú” que representa, para el poeta, lo que una persona tiene de
único e irreemplazable. "Solo tú serás tú" es una tautología, algo obvio, para insistir en el pronombre "tú".
Tras haber
determinado el objeto del deseo, (una mujer única y pura), el poeta espera que
responda a su llamada, que presenta en los vv 12-15. El verso 14, tetrasílabo,
sirve de puente para llegar al resultado final del proceso: “sólo tú serás tú”.
Que, en sí, es una tautología. También hay un contraste entre “todas las gentes del mundo”
y “tú”, en el sentido de que ella es única en el mundo.
En la última parte
(16-28) se desarrolla un proceso equivalente al de la parte anterior pero ahora
se centra en la liberación y purificación del yo. Nos explica que, cuando se
produzca el encuentro de los dos amantes, el poeta se habrá despojado de todos
los problemas sociales, de imagen y apariencia, etc, para poder encontrarse con
ella “puro” e “irreductible” (“y vuelto al anónimo/ eterno del desnudo,/de la
piedra, del mundo”, otra enumeración asindética). Se sirve de
paralelismos para marcar el ritmo de los versos “el que te llama”, el que te
quiere suya”.
Los vv. 16-17 hacen
eco al v.12 (“y cuando me preguntes/quién es el que te llama”, “sé que cuando
te llame/entre todas las gentes”) mientras los 19-23 presentan una enumeración
asindética análoga a la de los vv 5-6, y , como la primera, esa resume una
misma renuncia a un pasado y una serie de cosas que han perdido sentido, que
sobran de lo esencial. El autor incluso rechaza lo que él se siente destinado a
ser por condicionamiento familiar (“lo que encima me echaron desde antes de
nacer”).
Otra analogía con
la parte anterior es el penúltimo verso,
notablemente breve y con pausa, y sirve para centrar la atención sobre el verso
final, el punto más importante de esta parte, que, como en la anterior,
representa la conclusión del proceso de transformación del poeta. Con la
epanadiplosis del último verso el poeta nos presenta ese juego de pronombres,
como final de la poesía.
Las enumeraciones
caóticas presentes en el poema sirven para expresar el estado de ánimo exaltado
del poeta y para resumir unos conceptos mucho más amplios. “El anónimo eterno
de la piedra y del mundo” es otra metáfora para representar lo esencial.
Se puede decir, por
tanto que hay un paralelismo en el desarrollo de las partes 2ª y 3ª, incluso en
el final de ambas: “solo tú serás tú”, “yo
te quiero; soy yo”.
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